El problema de tener una
vida perfecta es que puedes dejar de tenerla de un momento a otro.
Resulta tan doloroso
pasar de tenerlo todo a no tener nada que no podría expresarlo aquí.
Te levantas una mañana y de golpe tu mundo se ha venido abajo, todo
lo que creías que importaba es secundario y entiendes que aquello a
lo que no le echabas la cuenta que merecía era lo más grande que
tenías en la vida.
Duele más aún cuando
que pase todo esto es culpa tuya.
Este momento de mi vida
se titula calle de la amargura, avenida si me apuras, sin
cruces.
Sin ninguna salida.
En esta triste calle en
la que me encuentro cualquier pequeño detalle, por ínfimo que sea
que consiga sacarte una sonrisa tiene un valor especial, por ello me
gustaría agradecer a Manuel Jesús Guerrero Marín que lo consiga
con su música. Con su magnífica música.
Que me haga creer que
aunque a veces la eternidad no dura para siempre, cuando el
arrepentimiento no sirve, tras la negación aún se
puede creer en una vida de esperanza.
En
esta ocasión lo ha conseguido con su nueva marcha, ''la última
oración''. En las últimas estaba yo cuando la escuché por primera
vez; cabizbajo y con la mente en blanco, pero entonces llegó
presentación, llegó su marcha nueva, y durante esos casi 4 minutos
dejé de pensar en todo lo malo que me rodea para pensar: ''serán
cabrones'', así de simple, así de sencillo.
No
voy a descubrir yo ahora a la mejor banda de CCyTT actual.
De
obra de arte en obra de arte, al menos así lo veo yo y la verdad; no
me importa absolutamente nada como lo vean los demás. Felicitar al
artista que no para de acertar marcha tras marcha y a esa banda que
día tras día demuestra que cuando parece que ya no lo pueden hacer
mejor vuelven a tocar y suben aún más el listón.
Las
demás deben conformarse con pasar por debajo.
Cada vez que la escucho
vuelvo a creer un poco más en la eternidad, a tener un poco mas de
fe en el arrepentimiento, a pensar que las negaciones no son para
siempre y a sentir que una vida de esperanza es posible.
La calle de la amargura
se hace tres minutos y cuarenta segundos más pequeña.
Ahora mismo estoy muy
lejos si, pero Presentación y en particular Manu me ponen la banda
sonora para que cada kilómetro sea menos duro, el final del camino
merece la pena.
Mi tierra prometida.
Solo queda pedirle ayuda a quien más cerca me dejó de ella la última vez.
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